Aunque se han preocupado por capacitarse y constituyen, a escala mundial, más del 40 por ciento de la fuerza laboral, la participación de las mujeres en puestos de directivos de las empresas sigue siendo mínima. Una realidad evidente, sobre todo, en el sector privado, habida cuenta de que la gestión es vista como una tarea típicamente masculina.
De acuerdo con una investigación que abarcó 70 países, la segregación ocupacional básica, la que discrimina entre “trabajos para hombres” y “trabajos para mujeres”, es muy parecida en todo el mundo. En el libro Breaking Through the Glass Ceiling: Women in Management, que refleja los resultados de ese estudio, Linda Wirth pone el acento en ciertas barreras invisibles que impiden a las mujeres avanzar en las organizaciones, y sugiere que atravesarán el famoso “techo de cristal” cuando haya mejores planes educativos para ellas y se produzca un cambio cultural en las organizaciones. “Es necesario entender que los atributos de ambos sexos son importantes para lograr resultados en los negocios”, dice.
A similares conclusiones llegó Catalyst, una organización no gubernamental dedicada a la investigación y consultoría en temas de mujer y negocios, con sede central en Estados Unidos. Al estudiar a las principales empresas de ese país, descubrió que las mujeres ocupan sólo el 1.2 por ciento de los cargos de presidente ejecutivo. Cuando comparó las respuestas dadas por ejecutivas y CEOs de esas compañías sobre los principales obstáculos que traban el ascenso de las mujeres, advirtió notables diferencias. Sólo hubo coincidencia en la “falta de experiencia de gestión general o de línea”. En cambio, “la exclusión de las redes informales” y “los preconceptos sobre las capacidades femeninas” son barreras que únicamente subrayaron las ejecutivas.
Nan Langowitz preside el Center for Women’s Leadership de la escuela de negocios Babson, fundado para llevar adelante una doble visión: investigar la mejor manera de aprovechar el talento de empleadas y ejecutivas, y analizar la creciente tendencia entre las mujeres a iniciar emprendimientos propios. “Por la manera en que está organizado el trabajo y debido a la falta de oportunidades de crecimiento, muchas mujeres están abandonando las empresas, a veces para encarar negocios por su cuenta”, dice Langowitz. De hecho, los estudios realizados por el centro indican que cada vez son más las que ponen a prueba su espíritu emprendedor.
Tom Peters, autor del libro Re-Imagina, afirma que “el mañana pertenece a las mujeres”, entre otras razones porque improvisan con mayor facilidad que los hombres, son más decididas y más sensibles ante la confianza, entienden mejor las relaciones y las entablan más fácilmente. Con argumentos propios y de otros reconocidos analistas, recomienda acelerar la incorporación de ejecutivas a las funciones de liderazgo, a su juicio “un imperativo estratégico”.
Ese imperativo, sin embargo, puede verse amenazado por el “techo de cristal”, término que se refiere a la barrera invisible que impide el desarrollo laboral de las mujeres en los corporativos mexicanos. El “techo de cristal” no es una regla escrita, pero sí es un código de conducta prácticamente tatuado en la mente de varios mandos de las empresas mexicanas. Es, en síntesis, el principal enemigo de las ejecutivas mexicanas.
En DEC Consultores desarrollamos programas de capacitación y asesoría enfocados en la mujer, para dotarla de herramientas de liderazgo de alto impacto, desarrollo y gestión empresarial. De la misma manera, nuestro Centro de Productividad para el Supervisor impulsa a la mujer para el desempeño eficaz de su trabajo, involucrándola plenamente en los procesos administrativos, de satisfacción al cliente, trabajo en equipo, entre otros.
Gestión de Negocios (2004). Las mujeres y el Management. Gestión de Negocios (México), Volumen N4, P.45.